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resumen de la Edad Media
La Edad Media comienza tras el final del Imperio Romano (siglo V d. C.).
En España, durante la Edad Media y tras la caída del Imperio Romano, estuvieron primero los visigodos, invasores germánicos (siglos V-VIII) y luego los musulmanes (Al-Ándalus, siglos VIII-XV). Los musulmanes se adueñaron de toda la península a excepción de algunos núcleos del Norte (actualmente Asturias, Navarra, Aragón y Cataluña). Los reinos cristianos lucharon contra los musulmanes durante la Reconquista (siglos X-XV) hasta que lograron hacerse con toda la actual España en el siglo XV, ya en época de los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón), que tomaron el último reino musulmán: el de Granada.
Durante la Edad Media se produce en Europa un periodo de inestabilidad política provocada por las continuas invasiones de nuevos pueblos germánicos o por las discordias entre los ya asentados. Por ello decae la actividad económica de las ciudades y sus habitantes se refugian en el campo (ruralización de la sociedad).
Durante la Edad Media la tierra era la única fuente de poder y de riqueza. Era un mundo de campesinos dominados por una minoría de señores laicos o eclesiásticos. Los campesinos o siervos trabajaban la tierra de los señores y a cambio los señores los protegían o les daban consuelo religioso. Esto se llama feudalismo. A los señores la tierra (los feudos) se la daba el rey, también a cambio de protección, pues los reyes medievales no tenían ejércitos. Los señores eran caballeros guerreros que vivían en castillos.
En la primera parte de la Edad Media, de feudalismo profundo, la sociedad tenía una visión teocéntrica del mundo: Dios explicaba aquello que no podían entender por medio de la razón. Además, era la Iglesia la encargada de conservar y transmitir la cultura. En los monasterios los monjes no solo educan y enseñan, sino que también copian y conservan los códices (libros hechos a mano con hojas de piel de animal –pergamino). El estilo artístico de esta época, expresión de un profundo sentimiento cristiano, fue el románico.
La segunda parte de la Edad Media se inicia con el auge económico del siglo XI. Gracias a la reactivación del comercio empiezan de nuevo a resurgir las ciudades o burgos al amparo de castillos y monasterios, y sus habitantes, los burgueses, son artesanos y comerciantes. No dependen de un señor feudal sino que son emprendedores y pueden prosperar por su propia iniciativa.
Este cambio social va acompañado de un cambio de mentalidad. En el siglo XIII las ciudades se convertirán en los grandes focos de riqueza, desplazando a los feudos, pero además se convertirán en los centros de cultura con la aparición de las universidades: la vida intelectual dejará de ser patrimonio exclusivo de la Iglesia. La burguesía enriquecida construirá palacios y ayudará a la Iglesia a financiar Catedrales en el centro de las ciudades, pero estas se construyen ya en un nuevo estilo más esbelto y elevado que el románico: el gótico.
En esta época, además, empieza a utilizarse el castellano por escrito. Hasta entonces el idioma utilizado era el latín. El rey Alfonso X el Sabio (rey de Castilla en el siglo XIII) da un gran impulso al castellano como medio de difusión para la historia, la narrativa… Para llevar a cabo esta labor se rodeó de un equipo de colaboradores procedentes de las diversas culturas –judía, árabe y cristiana– que conviven en España en ese momento. El sobrino de Alfonso X, don Juan Manuel (siglo XIV), escribió en castellano una literatura educadora, moral, pero a la vez divertida, como su obra El conde Lucanor, obra compuesta por cincuenta cuentos en los que se dan consejos para resolver problemas de la vida cotidiana.
El siglo XV: Transición del mundo medieval al renacentista.
En el siglo XV la estructura feudal se ha debilitado: la fuente principal de riqueza ya no es la tierra, sino la actividad comercial de las ciudades. Los nobles abandonan sus feudos y se asientan en las ciudades. Así, la figura del rey se refuerza y surge la monarquía autoritaria, que concentra toda la autoridad en la figura del rey: el rey ya no depende de los nobles para su defensa, forma ejércitos poderosos y unifica sus territorios (feudos y reinos), dando lugar a las primeras naciones: España, Francia e Inglaterra.
En el siglo XV se produce un cambio en la forma de ver el mundo con respecto a la Edad Media, cambio que había comenzado ya en el siglo XI con el resurgir de las ciudades y de su economía: artesanía, comercio, etc. Con el auge económico de las ciudades y la formación de la burguesía, la valía del ser humano no depende ya de su rango familiar (nobleza) sino de su capacidad, uno no muere en la misma clase social en la que nace, como ocurría a los campesinos durante el feudalismo, sino que con esfuerzo puede prosperar.
Este individualismo favoreció el Humanismo, movimiento que se interesa por todo lo humano. Así, frente a la idea medieval de que Dios era el centro del universo (teocentrismo), ahora se defiende que lo más importante es el ser humano (antropocentrismo). Los humanistas interpretan el mundo con espíritu crítico (consideran, por ejemplo, que los fenómenos naturales no son voluntad de Dios) e inician así la ciencia moderna. En Astronomía, por ejemplo, Copérnico afirma que la Tierra gira alrededor del Sol. En Medicina se realizan las primeras disecciones de cadáveres y se profundiza así el estudio de la Anatomía, etc. En su afán de saber, los humanistas estudian el legado cultural de la Antigüedad clásica (Grecia y Roma). Este renacer de la cultura clásica, que influirá en el arte y en la literatura de la época, recibe el nombre de Renacimiento.
Respecto al cristianismo, la Iglesia católica desoyó las voces reformadoras de humanistas cristianos, como Erasmo de Rotterdam, que criticaban el lujo y la riqueza de la corte papal. Por otro lado, surgieron posturas más radicales (protestantes) como el luteranismo (de Martin Lutero), el calvinismo (de Calvino) y el anglicanismo (el rey Enrique VIII crea la Iglesia Nacional inglesa).
Las ideas humanistas, favorecidas por el invento de la imprenta de Gutenberg, tuvieron una amplia difusión e influencia.
En lo que ahora llamamos España, los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, unieron con su matrimonio las coronas de Aragón y Castilla; anexionaron Navarra y tomaron el reino musulmán de Granada, finalizando así la Reconquista y unificando todos los reinos hispánicos excepto Portugal. Establecieron una monarquía autoritaria que los situaba por encima de la nobleza y el clero. Para fortalecer su autoridad, además de unificar los reinos hispánicos, tomaron las siguientes medidas:
• Crearon figuras e instituciones de paz social como:
- Los corregidores, una especie de gobernadores y jueces que actuaban en representación real.
- La Santa Hermandad, que acabó con las bandas de delincuentes que asolaban Castilla.
- La Inquisición, que velaba por la correcta práctica del cristianismo y que presionó para que los judíos fueran expulsados de España (1492). De esta forma se pasó de una situación de convivencia entre culturas y religiones a una actitud intransigente y represiva.
• Financiaron el viaje de Colón en su afán de expansión en el exterior:
Los portugueses fueron los primeros en buscar productos en Oriente, e intentaron alcanzar la India rodeando África. Colón sabía que la tierra era redonda y creía posible llegar a la India por el Oeste, pero se topó con un nuevo (desde el punto de vista europeo) continente, América (1492). En poco menos de cincuenta años, América fue sometida por conquistadores como Hernán Cortés, en México; Pizarro, en Perú, etc.